Imagen

El 28 de septiembre, un servicio religioso dominical en Grand Blanc, Michigan, terminó en tragedia cuando un ataque a un centro de reuniones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cobró la vida de varios miembros y dejó heridos a muchos más. Desde entonces, las familias han compartido testimonios de esperanza, los vecinos han ofrecido apoyo y los líderes de la Iglesia han acudido para acompañar a quienes están de duelo.